La liposucción es una de las técnica de remodelación corporal que más auge está adquiriendo en los últimos años. En una época y una sociedad que rinde culto a la belleza, se ha convertido en casi necesidad lucir un buen cuerpo, un cuerpo bello, libre de problemas tan antiestéticos como la celulitis.
Actualmente, la liposucción es una de las soluciones más demandas por la gente que padece este problema. Aunque la intervención en sí no elimina la celulitis ni sirve para acabar con la obesidad, si que puede, no obstante, mejorar notablemente su aspecto, ya que acaba con las acumulaciones de grasa localizadas: pistoleras, vientre, caderas, espalda y, algunas veces, la parte interna de los brazos.
Se trata de una técnica quirúrgica avanzada no demasiado agresiva y que tiene unos resultados visibles extraordinarios. El procedimiento es muy sencillo: se introduce bajo la piel una cánula muy fina que está conectada a un aspirador y se succionan las molestas grasas. Durante el proceso se utiliza anestesia local y no deja cicatrices. Eso sí, la recuperación puede resultar un poco molesta.
En cualquier caso, siempre es recomendable y aconsejable probar antes con los tratamientos encaminados a corregir los factores que causan el problema como son la reducción de peso, la dieta equilibrada o los ejercicios específicos.