Las pastillas anticelulitis comenzaron a popularizarse en los años 90. En la década pasada, salieron a la venta numerosas marcas de píldoras que aseguraban ayudar a eliminar la grasa, mejorar la circulación sanguínea y, como consecuencia, reducir la celulitis.
Estas píldoras están basadas en su mayoría en los principios activos de las plantas y los componentes naturales. Contienen, por ejemplo, aceite de pescado, semillas, soja, té verde o extracto de semillas de uva. Las pastillas anticelulitis suelen tener los siguientes efectos:
Diuréticos y laxantes: son pastillas que contienen diente de león, té verde, abedul, alcachofa, ciruela... y otras plantas conocidas por sus propiedades diuréticas y digestivas. Son eficaces en caso de problemas digestivos y de retención de líquidos.
Disminución de la absorción de grasas: disminuyen la absorción de grasas en el organismo. Existen numerosos preparados a base de plantas que tienen este efecto.
Saciantes: hay productos que intentan moderar el apetito a base de fibras que se hinchan en el estómago y dan sensación de saciedad. Suelen tomarse entre 10 y 30 minutos antes de las comidas.